Los narcisos son una de las plantas de invierno con flor más populares. De color blanco y amarillo, los narcisos en maceta son muy populares en los balcones por su facilidad de cultivo. Aquí vas a aprender cómo cuidar estos bulbos para que te dure más tiempo su delicada floración.
Pero no solo eso… También vas a conocer los cuidados de otras plantas de invierno con flor muy sencillas de cultivar: el ciclamen, la prímula y el pensamiento. Todas comparten su amor por los espacios luminosos, pero sin sol directo, y su odio por el exceso de riegos.
El cuidado de los narcisos
Si tienes narcisos en casa, habrás visto que en pleno invierno a los bulbos comienzan a salirles las hojas, que continúan creciendo en los meses más fríos. Justo cuando el invierno está llegando a su término aparecen sus flores, que necesitan temperaturas de entre 16 y 20ºC, y por la noche, entre 10 y 13ºC.
Para que todo este proceso se desarrolle de la forma prevista, esta planta se debe ubicar en zonas luminosas, pero preferentemente en semisombra, y regar de forma constante pero moderada en cuanto las hojas hacen su aparición. Es importante que el tiesto nunca se llegue a encharcar, por lo que, si plantas los bulbos por tu cuenta, es fundamental elegir un sustrato ligero para asegurar su drenaje.
Poco más hay que hacer, salvo disfrutar de sus delicadas flores, que anuncian la primavera. Al terminar la floración, solo hay que eliminar las hojas y las flores secas. Salvo que el terreno permanezca húmedo en invierno o haya heladas, no es necesario sacar los bulbos del sustrato; en caso de hacerlo, hay que dejarlos secar, guardarlos en una caja o en papel de periódico y almacenar en un lugar fresco, seco y bien ventilado hasta el final del otoño, en que se vuelven a plantar.
Hay muchos tipos de narcisos: de trompa, de copa grande, de copa pequeña, narcisos junquillo, narcisos triandus, narcisos Tête à tête… Si lo necesitas, consulta cuáles son más bellas y resistentes en nuestra tienda, Silvosa Hermanos, donde somos auténticos expertos en plantas y jardineria y podemos conseguirte la variedad que buscas.
Ciclamen: cómo hay mantener su floración invernal
El ciclamen es una de las plantas de invierno con flor más conocidas, por la belleza de su floración y su follaje. Partiendo de un tubérculo, sus hojas moteadas en verde son capaces de mantenerse todo el año, por lo que decoran permanentemente. Pero, cuando llega el invierno, brotan sus flores de grandes pétalos, que pueden ser de diferentes colores: púrpura, rosa, blanco…
Si se cultiva en el exterior, necesita semisombra, pero si se hace en interior, puede requerir un lugar más luminoso y una ubicación alejada de las fuentes de calor. Un aspecto importante de su cuidado es que necesita mucha agua, aunque odia el encharcamiento y que mojen sus hojas y flores. La forma de riego ideal para el ciclamen es colocar un plato con agua bajo el tiesto para que vaya absorbiendo la cantidad que necesita.
Esta planta no necesita podas, salvo la de las hojas secas. Puede necesitar abono si se observa que los capullos se secan antes de brotar.
Así se estimula la floración de la prímula
En otoño e invierno, cuando la oferta de plantas con flor se reduce drásticamente, la prímula destaca por su alegre floración. Una de sus virtudes es que es una planta muy resistente al frío y, como el resto de plantas de invierno con flor que hemos seleccionado, sufre mucho con el exceso de riego.
Además de planta de interior, ideal para habitaciones luminosas en ubicaciones apartadas de las fuentes de calor, la prímula puede cultivarse en macizos y arriates en el jardín, de forma ideal varias plantas juntas formando un grupo de color, ya que su tamaño es más bien pequeño. Cuando cesan las flores en primavera, se mantiene su follaje perenne y rústico.
Los riegos de la prímula deben ser frecuentes, manteniendo el sustrato siempre húmedo.
Apuesta por los pensamientos para jardineras y balcones
Los pensamientos son plantas de invierno con flor exclusivamente de exterior, a diferencia de las anteriores especies. Comienzan su floración en otoño, que se mantiene durante los meses más fríos.
Los pensamientos son amantes de la luz, aunque si los rayos de sol son muy intensos, prefieren zonas de semisombra. El pensamiento aguanta muy bien el frío y, al igual que resto de plantas que florecen en invierno de esta selección, necesitan riegos constantes (cada 2 o 3 días durante la floración solo en el sustrato), pero siempre suelos bien drenados.
Esta planta necesita abono desde inicios del otoño, y en verano, una buena poda para sanear la planta. Durante la época de flor, es importante estimular el crecimiento de estas, eliminando las que se van marchitando.
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