Flores en San Valentín: conoce el origen de la tradición y por qué no pasa de moda

Regalar flores en San Valentín es una preciosa tradición que cada año suma nuevos adeptos entre los enamorados. Y es que pocas cosas simbolizan tan bien el amor como las flores… ¿No es precioso que algo efímero exprese un sentimiento tan profundo?

Ese día, las floristerías repartimos ramos de flores entre los y las afortunadas de todo el mundo. El ramo de rosas rojas es el triunfador de la jornada, porque estas representan la pasión mejor que ninguna otra flor. Aunque las orquídeas, expresión de la sensualidad, también son flores muy apreciadas para regalar en San Valentín. En realidad, hasta las composiciones de flores variadas encuentran algún enamorado que quiera demostrar a su pareja lo profundo de sus sentimientos. 

Sin duda, también resulta grato formar parte de esa gran red universal de muestras de amor. Pero antes de ponernos más intensos, vamos a explicarte algunas cosas que necesitas saber sobre este día tan especial…

La tradición floral del 14 de febrero se remonta a muchos siglos atrás. Así es que no creas el bulo que asegura que se trata de una fecha inventada por los comercios para hacer más caja… Por el contrario, es una costumbre que, si bien antes de mediados del siglo pasado no era tan conocida en nuestro país, hoy día, como tantas otras, se ha hecho imprescindible en nuestro calendario.

¿Sabes de dónde procede la tradición de regalar flores ese día? Te lo contamos para que, si decides regalar un ramo de flores, puedas presumir de ser buen conocedor de las tradiciones más arraigadas en la cultura occidental. 😉

De dónde procede la tradición de regalar flores en San Valentín

Hay varias teorías sobre el origen de la tradición de celebrar San Valentín. Por un lado, están los que piensan que la fecha procede de la celebración de los festivales paganos en Roma en torno al 15 de febrero, en que se celebraban ritos de fertilidad. Otros sitúan el origen de la tradición en un poemario del siglo XIV, en que unos versos señalan el día de San Valentín como la fecha en que los pájaros escogen a su pareja.

Pero la hipótesis que más ha trascendido hace referencia a la Antigua Roma y la época de los primeros cristianos…

Corría el siglo III, en que el cristianismo comenzaba a extenderse por todos los confines de Roma, cuando el emperador dictó la orden que prohibía casarse a los jóvenes, a fin de conseguir que se alistaran al Ejército para defender las fronteras de un Imperio que iniciaba su declive.

El joven Valentín, sacerdote, contravino la ley celebrando matrimonios en secreto, al tiempo que cosechando nuevos fieles. Así ocurrió, cuando tras ser descubierto y enviado a prisión, devolvió la vista a la hija ciega del guardián que le había retado a demostrar su santidad, consiguiendo nuevas conversiones entre los familiares de éste.

Finalmente, Valentín fue ejecutado el 14 de febrero, y Julia, la hija del cancerbero convertida al cristianismo, plantó en homenaje suyo un almendro de flores rosas. Un árbol que, por cierto, florece en febrero cuando el clima le ha sido propicio…

Pues bien, el Vaticano santificó al mártir en el siglo V, y decretó la celebración del día de San Valentín el 14 de febrero. Aunque en el Concilio Vaticano II, San Valentín salió del calendario de celebraciones cristianas ante las dudas existentes sobre el origen pagano de la fecha, lo cierto es que la costumbre, extendida en el mundo anglosajón, sobrevivió, alimentada por el fervor de las almas enamoradas… 

Por qué no pasa de moda la tradición de regalar flores en San Valentín

El 14 de febrero, conocido en España durante muchos años como Día de los Enamorados, sigue siendo la ocasión perfecta para regalar flores. Vamos a ver las razones por las que es una tradición que no pasa de moda:

• Denotan sensibilidad y delicadeza. Alguien que regala flores hace toda una declaración de intenciones a este respecto, expresando incluso aquello que no sabría decir con palabras.
  
• Es un regalo al alcance de cualquier bolsillo. Sea cual sea el presupuesto de que se dispone, siempre hay un ramo de flores que regalar (a veces, incluso una sola rosa es el regalo perfecto).
  
• Con las flores siempre se acierta. Entregar flores provoca emociones positivas: alegría, optimismo… Además, varios estudios sugieren que tienen otros beneficios, como relajar y estimular la creatividad. 
  
• Las flores son un regalo ecológico. Florecer y luego degradarse está en su ADN, y forma parte del ciclo de la naturaleza. Además, muchas flores son aptas para secado y pueden reutilizarse en distintos elementos decorativos. 

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